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Cómo decir no utilizando la técnica del bocadillo
En muchas ocasiones, un NO, es la forma de manifestar nuestro criterio y defender nuestra postura. Cuando queremos decir NO, y lo decimos sin sentir culpa, ganamos en seguridad y autoestima.
Tenemos que ser capaces de decir NO de manera clara e inequívoca, pero procurando que el otro no se sienta ofendido.
A la hora de decir NO iremos a grano. Podremos dar razones, pero nunca, excusas ni justificaciones.
Hay diversas técnicas para decir NO, y una de las más eficaces, es la Técnica del bocadillo. Consiste en disminuir la carga negativa del NO, con la empatía y el refuerzo.
- Lo primer qué haremos, será empatizar o expresar algo positivo. (Esto, hará que se abran los canales de comunicación favoreciendo que seamos escuchados).
- Después, vendrá el NO, con un pequeño argumento, sin excusas ni justificaciones.
- Y para terminar, expresaremos de nuevo algo positivo o empatizaremos. (Esto mitigará la carga negativa del NO, favoreciendo que la otra persona no se sienta ofendida).
Por ejemplo, si nuestra hija nos pide un móvil de manera insistente.
- Podremos empezar con el refuerzo, para que nos escuche sin ponerse a la defensiva, diciéndole: “En otras ocasiones has sido muy comprensiva y respetuosa con nuestras decisiones.”
- Luego vendría el No, por ejemplo: “Y esta vez, tu padre y yo, hemos decidido que todavía no te lo vamos a comprar.”
- Para terminar utilizaremos la empatía para disminuir las probabilidades de conflicto: “Entiendo que quieras un móvil porque todas tus amigas tienen uno, y entiendo también tu enfado, pero espero que con el tiempo entiendas nuestra decisión.”
Este mensaje verbal, para ser efectivo, tiene que ir acompañado de un lenguaje no verbal que transmita seguridad y contundencia sin llegar a ser agresivo. Que diga algo así como:”Por mucho que insistas no voy a cambiar de opinión, esta es mi última palabra.”
No podemos olvidar que el peor NO es el que no hemos sido capaces de decir por miedo, culpa o indecisión, es el que se queda dentro de nosotros, mermando nuestra autoestima y haciendo que acumulemos rencor y resentimiento.
¿Cómo reconocer una conducta asertiva?
Todos tenemos conductas que pueden ser clasificadas como asertivas, agresivas o sumisas.
Dependiendo de cuál de las tres sea la más habitual en nosotros, podremos decir que tenemos un estilo: asertivo, agresivo o sumiso.
No debemos olvidar, que nuestra manera de actuar está muy influenciada por el contexto y por las personas con las que interactuamos.
Por un lado, una persona con un estilo inhibido o sumiso:
Por miedo a ofender, enfadar, molestar, hacer el ridículo o generar conflictos:
- No se atreve a defender sus objetivos y necesidades.
- No da su opinión, ni expresa sus emociones.
- Y no es capaz de pedir ayuda.
Podríamos decir que respeta a los demás pero no se respeta a sí mismo.
A corto plazo consigue no generar conflictos. Pero a largo plazo:
o Su autoestima se ve dañada y resultan poco atractivos a los demás. Hacen sentir a los otros culpables o superiores.
o Además pueden sufrir ansiedad y problemas somáticos.
o Es muy común alternar este estilo con explosiones de ira descontrolada.
En el otro extremo tendríamos el estilo agresivo:
- Son personas que defienden en exceso sus derechos e intereses, sin tener en cuenta los de los demás.
- Piensan que si no se comportan de manera agresiva serán excesivamente vulnerables.
- Lo sitúan todo en términos de ganar-perder y se rigen por la ley de dominio-sumisión. O piso o me pisan.
Es verdad, que a corto plazo, consiguen lo que quieren de los demás y se sienten poderos y fuertes. Nadie se atreve a criticarles de forma directa por miedo.
Pero las consecuencias a largo plazo son nefastas:
o Los demás se alejan o siguen a su lado sólo por miedo.
o Su autoestima baja todavía más y sienten ansiedad y culpabilidad.
Por último, el estilo asertivo se caracteriza por:
- Buscar la forma de conseguir sus objetivos sin dejarse llevar por las emociones del momento.
- Expresa de forma clara y concreta sus deseos o necesidades siendo siempre respetuoso con los demás.
- Sabe:
o Hacer críticas sin ofender y también recibirlas.
o Decir no.
o Afrontar la hostilidad del otro sin “entrar al trapo”.
o También es capaz de identificar sus emociones y expresarlas.
¿Y qué consecuencias tiene el comportamiento asertivo?
o Suelen conseguir sus objetivos y resuelven conflictos de forma adecuada.
o Su autoestima se ve fortalecida.
o Resultan atractivos a los demás y consiguen tener y mantener relaciones profundas y duraderas.
Lo bueno de la conducta asertiva es que se puede aprender y entrenar.