En un día muy caliente, en una ciudad al sur de Italia, un padre y su hijo emprenden un viaje, con su asno, para visitar a unos parientes que viven en una ciudad lejana de su comarca.
El padre va montado sobre el asno y el hijo camina a su lado; los tres pasan delante de un grupo de personas y el padre escucha que estos dicen:
– Miren eso, ¡Qué padre tan cruel! Va sobre el asno y su hijito debe andar en un día tan caliente.
Entonces el padre baja del asno, hace subir al hijo y continúan así el camino.
Pasan frente a otro grupo de personas y el padre escucha que estos dicen:
– Pero miren: el pobre viejo camina, en un día tan caliente, y el joven va muy cómodo sobre el asno; ¡Qué clase de educación es ésta!
El padre, entonces, piensa que lo mejor es que los dos vayan sobre el asno, y así continúan el camino.
Un poco después pasan frente a otro grupo de personas y el padre escucha:
– ¡Observen que crueldad!: esos dos no tienen ni un poco de misericordia con ese pobre animal que debe cargar tanto peso en un día tan caliente.
Entonces el padre se baja del asno, hace bajar también a su hijo y continúan caminando junto al asno.
Pasan frente a otro grupo de personas, que dicen:
– ¡Qué imbéciles esos dos!: en un día tan caliente caminan a pesar de que tienen un asno sobre el cual montar.
(Desconozco el nombre del autor).